Ascensión del Señor

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Ascensión del Señor

Conclusión del santo evangelio según san Mateo (28,16-20):

EN aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
Al verlo, ellos se postraron, pero algunos dudaron.
Acercándose a ellos, Jesús les dijo:
«Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.
Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos».

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Hoy celebramos la Solemnidad de la Ascensión del Señor. Este es un momento de gran gozo y esperanza, ya que recordamos el momento en que Jesús, nuestro Salvador, subió al cielo para sentarse a la derecha del Padre.
La Ascensión del Señor marca el final de su vida terrenal, pero no es una despedida, sino más bien una promesa cumplida. Jesús había venido al mundo como el Hijo de Dios encarnado, para llevar a cabo la obra de la salvación. A través de su muerte y resurrección, Jesús nos liberó del pecado y abrió las puertas del cielo para nosotros. Su Ascensión es la culminación de esta misión y el inicio de una nueva etapa en la historia de la salvación.
Al ascender al cielo, Jesús no nos abandonó, sino que se convirtió en nuestra esperanza y nuestro mediador ante el Padre. Él prometió enviarnos al Espíritu Santo, el Consolador, para que esté siempre con nosotros y nos guíe en nuestro caminar diario. La Ascensión es un recordatorio de que no estamos solos en este mundo, que tenemos a Jesús a nuestro lado siempre: “sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos.”

Pero, ¿qué significa la Ascensión para nosotros como discípulos de Cristo?
la Ascensión nos llena de esperanza. Sabemos que Jesús ha preparado un lugar para nosotros en el cielo, y que un día estaremos con Él por toda la eternidad. Esta esperanza nos da fuerzas para enfrentar las dificultades y tribulaciones de la vida. Sabemos que, aunque podamos pasar por momentos de dolor y sufrimiento, la victoria final ya ha sido ganada por Cristo.
Mientras caminamos hacia la gloria con Jesús tenemos misión que cumplir. La Ascensión nos impulsa a ser testigos de Cristo en el mundo. Jesús les dijo a sus discípulos antes de ascender: «Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones» (Mateo 28:19). Nosotros, como seguidores de Jesús, tenemos la responsabilidad de compartir su mensaje de amor y salvación con todos aquellos que nos rodean. Nuestra fe no puede quedarse encerrada en nuestras iglesias, sino que debe ser proclamada y vivida en el mundo.

En este día de la Ascensión del Señor, renovemos nuestro compromiso de seguir a Jesús, de buscar las cosas del cielo y de ser testigos de su amor en el mundo. Recordemos que Jesús está siempre con nosotros, que nunca nos abandona y que nos ha dado la promesa de la vida eterna. Él nos envía su Espíritu que nos da fuerza para cumplir con la misión encomendada.
Feliz día de la Ascensión del Señor.

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