CORPUS CHRISTI
Lectura del santo evangelio según san Juan (6,51-58):
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»
Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»
Entonces Jesús les dijo: «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.»
Palabra del Señor
Te quedaste con nosotros
Te las ingeniaste, Jesús, para hacerte presente,
para quedarte entre nosotros,
para recordarnos que la vida
es un banquete
al que todos estamos invitados.
Elegiste el pan, algo que no falta
en nuestra mesa;
es lo más sencillo,
lo más fácil de compartir,
lo más humano…
Así te quedaste entre nosotros.
Nos invitaste a vivir así, partiéndonos
y repartiéndonos,
para que sepamos que hemos nacido para darnos,
no quedándonos nada sólo para nosotros.
Quieres que te recordemos disfrutando,
rodeado de amigos, lavándoles los pies.
Quieres que seamos alegres, cordiales.
Anfitriones sencillos que sientan a todos a su mesa,
sin complicaciones, sólo con actitud
de servir y amar.
Quieres que te recordemos entregando la vida,
para que vivamos siendo un regalo
para los demás, como lo fuiste Tú.
Te tenemos entre nosotros
y compartimos la vida,
siempre en memoria tuya.
Enséñanos el modo y la manera.
Mari Patxi Ayerra