CENA DEL HAMBRE
El viernes 14 de febrero de 2020 celebramos nuestra tradicional CENA DEL HAMBRE en la Parroquia Virgen del Alba.
Bajo el lema QUIEN MAS SUFRE EL MALTRATO AL PLANETA NO ERES TÚ, los jóvenes que se van a confirmar este año hicieron un recorrido por el barrio para recoger en fotogramas la necesidad que tenemos de cuidar nuestro entorno más cercano para contribuir a la supervivencia del Planeta.
El evangelio nos habla claro: SOMOS LA LUZ Y LA SAL DE LA TIERRA. Por eso decidieron hacer un gesto que reuniese la esencia de la Palabra de Dios. Repartimos a toda la comunidad una vela para representar la luz que necesitamos para seguir el camino de la FE. Añadimos un mensaje especial para recordar que hay que proteger la obra de Dios “La Tierra “ y como era San Valentín, añadimos corazones de colores para representar el amor de Dios hacia nosotros.
Al final de la Eucaristía compartimos un sencillo menú para cenar ( pan, aceite, azúcar y fruta). Muchas personas en el mundo sólo pueden tomar un trozo de pan una vez al día. Nosotros con este gesto y nuestra colaboración económica vamos a poner nuestro granito de arena a la organización de MANOS UNIDAS que cada año destina la recaudación a proyectos humanitarios.
Dejamos en este enlace una reflexión sobre el ayuno para este tiempo de Cuaresma que comienza en unas semanas y una oración sobre el sentido del verdadero cristiano. (Chus)
REFLEXIÓN SOBRE EL AYUNO
El ayuno es la fuerza del cristiano. Es bueno hacer esta práctica en los tiempos que corren. En este mundo en que vivimos estamos manipulados por el consumismo, el placer de gastar para obtener la felicidad y conseguir todo lo que deseamos sin pensar en nada ni en nadie.
Nos han enseñado a vivir por las cosas, las modas, las tendencias, las comodidades… la vida fácil de un país acomodado. Estamos cargando a nuestros jóvenes con mensajes vacíos de valores donde tener un coche de última gama, un piso confortablemente equipado, unas zapatillas de firma, un móvil de última generación , por ejemplo, se convierten en necesidades básicas que si no satisfacen les hace infelices. Todo esto y más hace que llenemos nuestras vidas de esclavitud, debilidad y fracaso.
Pero Dios nos creó libres y además nos entregó un espacio donde había recursos suficientes para evitar la hambruna en la Tierra.
Hoy, jornada de reflexión sobre el HAMBRE deberíamos pensar en la cantidad de cosas de las que podemos AYUNAR y que nos ayudarían a romper las cadenas que nos atan al consumismo y la falta de coherencia en nuestras vidas cristianas.
Se puede AYUNAR de pensamientos violentos, egoístas, rencorosos, dañinos e inútiles para el ser humano y decirnos cada día “DEBO VER A CADA PERSONA DESDE EL AMOR DE DIOS” “DEBO MIRAR A MI HERMANO/A Y DARLE LA OPORTUNIDAD DE EXPRESARSE SIN SER JUZGADO”. Para ayunar de este tipo de pensamientos debemos leer la BIBLIA, llenarnos con la Palabra de Dios y así devolver la armonía y purificar nuestra vida de pensamientos que no dan fruto.
Se puede AYUNAR de miradas. El ayuno será un guardián en los ojos de cada persona, esas ventanas por las que vemos tantas cosas cada día. Debemos practicar el ejercicio de mirar a todas las personas de nuestra comunidad con la mirada del BIEN porque todo lo que vemos se deposita en el corazón y si es malo, nos perjudica y nos hace daño.
Debemos AYUNAR con los oídos y con nuestras palabras. Usar el don que Dios nos da para dar fruto y no para marchitar al prójimo. No hay que hablar mal de las personas ni juzgarlas bajo nuestro criterio. Todos somos personas imperfectas y tenemos limitaciones. Este ayuno nos debe ayudar a crecer y hacer crecer a los demás.
Y por último debemos AYUNAR de todas las tentaciones que nos rodean y nos arrastran al consumismo, la apatía, la insolidaridad, el egoísmo, el endiosamiento de acumular bienes materiales porque todo ello nos convierte en corazones sin LUZ, sin SAL y sin AMOR AL PRÓJIMO.
Nuestra madre Tierra nos necesita y nosotros debemos escuchar su llamada.