FELIZ PASCUA

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FELIZ PASCUA

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,1-9):

EL primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:
«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

Palabra del Señor

PASCUA FLORIDA
Florentino Ulibarri

A veces, Señor, a veces estalla la primavera
y Tú te muestras, acercas y ofreces
con todo lo que es y tiene la naturaleza.

Eres flor, hierbabuena y también pradera,
risa de junco, tapiz multicolor y agua de regato,
rama reverdecida columpiándose en una enredadera.

Eres bosque con su espesura y música,
llanura, valle y ladera, según la hora,
y esas cumbres que nos llaman y desafían.

Eres el fruto de los árboles que germinan en la tierra,
el trino de los pájaros que anidan y vuelan,
y las nubes y el viento que entre ellos se recrean.

Me sorprendes, gustas y enamoras como las cerezas,
como los melocotones de secano me perfumas
y en ese racimo de uvas dejas tu santo y seña.

A veces, Señor, a veces estalla la primavera
y mi corazón gusta tu savia, voz y palabra
para soñar, soñarte y seguir por tus sendas.

A veces, Señor, a veces, es Pascua florida.

 

A veces, Señor, nos sentimos vacíos
Mari Patxi Ayerra

Como el sepulcro aquella mañana,
a veces nosotros estamos vacíos,
no conseguimos encontrarte,
nos confundimos con otros dioses,
nos aletargamos con sucedáneos,
y nos hundimos en la desazón.

Nos preguntamos que dónde estarás,
que no te vemos a primera vista,
que nuestro cuerpo no te siente,
que nuestros oídos no te oyen,
que nuestros pies no te encuentran,
porque hemos perdido tus huellas.

No nos dejes perdernos de Ti, Señor,
no permitas que nos alejemos,
no nos dejes sumergirnos en la duda,
ni instalarnos en la fe infantil,
que no nos hace optar por tu forma de vivir,
esa que cambia a la persona y al mundo.

No nos dejes vivir sin Ti,
sin tu amor, sin tu presencia, sin tu fuerza,
sin tu estímulo, sin tu silencio, sin tu pasión,
no nos dejes estar sin tu presencia,
no permitas que nos alejemos jamás de Ti.

Hazte visible, Señor, que te necesitamos,
hazte oíble, que quiero oír tu voz,
hazte llamada, que quiero yo seguirte,
hazte caricia, que siento desamor,
hazte impulso, que soy frágil y pobre,
hazte entusiasmo, que quiero vivir como Tú.
Hazte amor en mí, que quiero ser hermano,
hazme para todos, que sea universal.

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